Humberto Maturana
Hay dos experiencias de mi infancia que quiero relatar por las reflexiones a que ellas me condujeron. En una ocasion, cuando yo tenia once años acompañe a mi madre, quien era Asistente Social, Visitadora Social se decia entonces, en una visita a una familia de obreros del ladrillo, en lo que en esa epoca, 1940, era Punta de Rieles, al final de Macul. Alli llegamos a una vivienda que era un hoyo rectangular en la tierra con un techo inclinado, y en cuyo interior se encontraba una mujer tendida en el suelo, enferma, cubierta de harapos. Junto a ella estaba un niñoo, menor que yo. Al verlo pense: 'Yo podria ser ese niño, pero no lo soy, y nada en mi justifica el que yo tenga una casa, pobre pero casa, que yo pueda ir al colegio y comer todos los dias, y que este niño no. No es merito mio, es solo un regalo de la existencia; nada de lo que tengo me pertenece y solo me cabe estar agradecido mientras lo tenga'. Esta experiencia cambio mi vida porque desd...
Y gracias,especiales, a los horneros que le ponen la mejores de las ondas a las horas citadinas entrecruzadas de hormigón. Los jacarandaes que se levantan imperiosos a la par de los edificios.
ResponderEliminarDe vez en cuando, con la lluvia..(no llores más amigo, acá tambien te recontrainfinito te extrañamos)y los pituiti o bien que te veo cantan, se mojan las plumas pa cantar.
Gracies Anna. Ara me doy cuenta que sos catalana. Yo tambe pero Argentina (o mejor dicho..mapuche). Y me topo muy seguido con blogs de catalanes!me encanta! Gracias por compartir .😊
ResponderEliminarHola Celeste,
ResponderEliminarBienvenida amiga mapuche celebro que te guste.
Un abrazo!
Anna M