ORACIÓN EN LA MAÑANA DE LA VIDA

Cerramos los ojos y los visualizamos frente a nosotras/nosotros
Querida mamá.
Lo tomo de ti, todo, lo completo. Con todo lo que te rodea. Y lo tomo al precio entero que tú has pagado, y que a mí me cuesta. A cambio, yo haré algo para tu gozo. No puede haber sido en vano.
Y me lo guardo dentro de mí. Y, si puedo, lo cedo así como tú has hecho conmigo.
Te tomo a ti como a mi madre, y tú me puedes tener como a tu hija.
Tú eres para mí la justa y la perfecta. Y yo soy tu verdadera hija.
Tú eres la grande, yo la pequeña. Tú das, y yo lo tomo todo, al precio que sea.
Querida mamá.




Ahora le decimos lo mismo a nuestro padre, mirándole a los ojos:
Querido papá. Gracias. De ti lo tomo todo.
Con todo lo que hay en ti y a tu alrededor, y  al precio que tú has pagado. Precio que pago yo. Ahora hago algo con ese pago, para tu felicidad. No puede haber sido en vano.
Te tomo a ti como mi padre, y tú me puedes tener como tu hija. Tú eres para mí la más justa, y yo soy tu hija verdadera. Tú eres el grande, yo, la pequeñita. Tú das, yo recibo. Todo.
Querido papá.
Soy feliz de tu unión con mamá. Vosotros dos sois los correctos para mí, sólo ustedes.

Bert Hellinger

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