Desconocidos


 Todos, salvo la familia, hemos sido desconocidos de otros, alguna vez. Lo curioso es la confianza, los estrechos lazos del corazón y la exquisita sintonía que establecemos con algunas personas.





 Siempre se ha dicho que a la familia no se la escoge. O tal vez sí. Aunque de haberla elegido no nos queda el recuerdo ni del cuándo ni del cómo. Pero el azar, la casualidad o la causalidad nos ponen frente a determinadas personas que serán claves en nuestra vida.
El tiempo los afectos y las rutinas que establecemos con ellas nos hacen olvidar
que, los afectos y las rutinas que establecemos con ellas nos hacen olvidar que alguna vez también fueron para nosotros gente desconocida.
A veces, un desconocido puede convertirse en tu mejor apoyo. Otras ni siquiera la presencia es necesaria para sentirte bien con alguien.
No olvidemos, que además de todo lo que nuestra genética aporta, están los latidos de nuestro corazón marcando el ritmo de las vibraciones que emitimos y proyectamos y que nos permite advertir esa única sensación que nos provocan determinadas personas que a pesar de ser desconocidas parecen haber estado en él durante milenios.
La intuición se une entonces a la mágica recepción de los filamentos del otro y como si de flores se tratase, el espíritu queda polinizado para procrear amor.
No hay desconocidos.

Artista: Heather Shirin.
Fuente: Mujer Árbol

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