¿Te atreves a soñar?




En un chalet muy lujoso se está celebrando una fiesta. El dueño que es multimillonario, dice que compartirá su fortuna con el valiente que se atreva a cruzar su piscina que está llena de cocodrilos hambrientos.


 

De repente se ve a un chico dentro del agua nadando a toda velocidad, cuando sale por el otro extremo de la piscina el dueño acude a felicitarlo, diciendo que por fin acababa de conocer a una persona realmente valiente.

El joven le respondió: “¡Que valiente, ni que valiente…alguien me empujó”!

Dice Alejandro Jodorowsky que la piscina con sus cocodrilos son nuestros “demonios interiores”, contra los que tenemos que luchar para tratar de conocernos. Que ese pequeño empujón que te lanza al interior de la piscina te lo da “un maestro”. Pero la energía para luchar y salir (aprender) la pones tú. Sin ella no serviría de nada el pequeño empujón que nos han dado. La recompensa de atravesar la piscina es conocerse mejor, un aumento de nuestra “consciencia” rompiendo algunos límites que establecíamos como fijos e inamovibles.

Fuente: Plano creativo

 

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