Nuestros padres...
Nuestros padres son también humanos como nosotros, con los así llamados defectos. Digo con así llamados defectos porque todo crecimiento se desarrolla ampliamente, aparte de la alimentación, también a través de los obstáculos y los errores. Porque lo divino que actúa en la vida es, en este aspecto, defectuoso.
La idea de que lo divino es perfecto no se sostiene. Porque todo lo creativo sólo es creativo porque previamente había algo imperfecto. Sólo donde hay imperfecciones y algo todavía no concluido, donde hay defectos y errores es posible lo creativo. Así, también lo creativo que nos llega a través de nuestros padres sólo es posible a través de defectos, dificultades, carencias y culpas. Lo miramos como necesario para nuestra vida y nuestro crecimiento, y lo asumimos en nosotros afirmativamente: sí, eso forma parte de mí, con eso he crecido.
Cuando decimos “sí”, nos hacemos amplios y fuertes.
Bert Hellinger.
Fotografía: Irawan Subingar
La idea de que lo divino es perfecto no se sostiene. Porque todo lo creativo sólo es creativo porque previamente había algo imperfecto. Sólo donde hay imperfecciones y algo todavía no concluido, donde hay defectos y errores es posible lo creativo. Así, también lo creativo que nos llega a través de nuestros padres sólo es posible a través de defectos, dificultades, carencias y culpas. Lo miramos como necesario para nuestra vida y nuestro crecimiento, y lo asumimos en nosotros afirmativamente: sí, eso forma parte de mí, con eso he crecido.
Cuando decimos “sí”, nos hacemos amplios y fuertes.
Bert Hellinger.
Fotografía: Irawan Subingar
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