Feliz año

Buen año, ¡feliz año nuevo! En este primer día, os sentís llenos de esperanza. Os decís: «No he obtenido lo que deseaba en el transcurso del año que acaba de finalizar, pero ahora, con el año nuevo, lo conseguiré.» Cada año nuevo aporta la esperanza incluso a los más desheredados. En el fondo, no estáis del todo convencidos de ello, sin embargo, siempre os queda un poco de esperanza. Con cada nuevo año la esperanza renace: no podéis dejar de pensar que alguna cosa mejorará para vosotros, que una puerta se os abrirá. Diréis: «¿Y si nada mejora?, ¿y si no se abre ninguna puerta?» Una puerta al menos se abrirá si pensáis que también tenéis algo que hacer para contribuir. ¿Cómo? Proyectaros a través del pensamiento en algunas situaciones de vuestra vida, e imaginad que actuáis con justicia, sabiduría y amor. Trabajando de esta forma, ya preparáis vuestro futuro. Si sois sinceros, perseverantes, influenciaréis las fuerzas de la naturaleza y las entidades luminosas del mundo invisible vendrán para contribuir a la realización de vuestros buenos deseos.
En el primer día de este nuevo año, deseo invocar para vosotros todas las bendiciones del Cielo.
  Que vuestro cuerpo esté sano y vigoroso; que vuestro corazón s
e colme de pura alegría espiritual; que vuestro intelecto reciba la luz verdadera que ilumine vuestro camino; que vuestra alma se convierta en la conductora del amor divino; y que vuestro espíritu, libre de todo obstáculo, escape de todas las prisiones físicas y psíquicas.
  Deseo que permanezcáis unidos a la gran Jerarquía de las entidades del cielo, con el fin de trabajar con ellas para el establecimiento del Reino de Dios en la tierra.
  Deseo finalmente que seáis capaces de superar cada obstáculo que se alce ante vosotros, con el fin de que cada día sea una ocasión para glorificar al Creador.
Omraam Mikhaël Aïvanhov

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